La tecnología termográfica se ha convertido en una de las herramientas de diagnóstico más valiosas para el mantenimiento predictivo. Al detectar anomalías que suelen ser invisibles a simple vista, la termografía permite realizar correcciones antes de que se produzcan costosos fallos en el sistema.
Las cámaras termográficas son una herramienta única que sirve para determinar cuándo y dónde se necesita mantenimiento, puesto que las instalaciones eléctricas y mecánicas suelen calentarse antes de fallar. Al descubrir estos puntos calientes con una cámara termográfica, se puede llevar a cabo una medida preventiva. De este modo, es posible evitar costosas averías o, aún peor, incendios.
SAE Delta cuenta con técnicos cualificados para realizar estudios instalaciones eléctricas de su planta y detectar así posibles anomalías. El análisis termográfico realizado permite a los técnicos de SAE Delta elaborar los informes y evaluaciones de resultados pertinentes para asesorar sobre las medidas adecuadas para resolver las posibles incidencias que hayan sido detectadas.
La importancia de la termografía viene determinada en gran medida porque una pequeña variación en la temperatura puede estar producida por una pequeña avería, que de no ser solventada puede desembocar en un problema de mayor magnitud. Además de ello, puede ser la causa de pérdidas energéticas, con el consecuente incremento del gasto económico.
La importancia de la termografía viene determinada en gran medida porque una pequeña variación en la temperatura puede estar producida por una pequeña avería, que de no ser solventada puede desembocar en un problema de mayor magnitud. Además de ello, puede ser la causa de pérdidas energéticas, con el consecuente incremento del gasto económico.
Estas características de la termografía hacen que su uso sea de gran utilidad y se esté aplicando ya en sectores tan diversos como la medicina y la veterinaria, la electricidad, la edificación, los procesos industriales, los sistemas de seguridad y de antiintrusión, la navegación o la automoción, etc.
Pero el uso de una cámara de estas características por personal no calificado aportara un 10% de la información y será el profesional especializado el que deba analizar los resultados, realizar los informes y sacar conclusiones. Hay que tener en cuenta elementos como factores ambientales, reflejos, ángulos de toma de imágenes, resoluciones y óptica de la cámara, rangos de temperatura, conocimientos técnicos adecuados, entre otros, para poder hacer una correcta valoración de los resultados y poder asesorar sobre las medidas a adoptar para resolver las anomalías que se encuentren.